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Energías renovables: Definición y tipos

¿Qué son las energías renovables?

Energías renovables, lo son cuando su fuente se basa en el empleo de recursos naturales inagotables, como el viento, el sol y la biomasa. Además, se caracterizan por no usar combustibles fósiles, pues los recursos naturales que utiliza se renuevan ilimitadamente.

Son energías limpias y crecientemente competitivas a las que les sobra abundancia y potencial para ser aprovechadas por todo el planeta, y poseen la ventaja de que no producen gases de efecto invernadero (que son una causa directa del cambio climático), ni emisiones contaminantes.

Cabe recalcar, que al contrario de la tendencia general de subir los precios propia de los combustibles fósiles, las renovables mantienen costes bajos sostenidos, manteniéndose al margen del resto.

¿Cuáles son los tipos de energías renovables?

Como ya hemos comentado, estas energías renovables son más baratas en la mayoría de lugares, y son capaces de generar hasta tres veces más puestos de empleo. A continuación, vamos a desarrollar que tipos existen.

Energía solar

Es la energía más abundante de todas las existentes, y pese a lo que se pueda pensar, se le saca rentabilidad incluso con el cielo nublado. Para hacernos una idea de lo impresionante que es, nuestro planeta intercepta esta energía 10.000 veces más rápido que la velocidad a la que la consumimos.

Entre sus muchas aplicaciones está la producción de calor, refrigeración, electricidad, luz natural e incluso combustible. Su tecnología se basa en paneles fotovoltaicos, o espejos que concentran la radiación, que transforman la luz solar en energía eléctrica.

Pese a que no todas las regiones tienen la misma tasa de efectividad respecto al uso de la energía solar, sigue siendo viable como forma de contribuir al conjunto de todas sus fuentes de energía.

Como añadido, el precio de instalación y mantenimiento de los paneles ha disminuido enormemente con el paso de los años, convirtiéndolos en una vía más que asequible y con una larga esperanza de vida (unos 30 años).

Energía geotérmica

Esta energía (cuya tecnología cuenta con más de cien años de antigüedad) se genera a partir de la propia energía térmica que hay en el interior del planeta, extrayendo su calor mediante unos depósitos geotérmicos, en pozos o medios similares.

Los medios o depósitos con temperaturas muy elevadas y permeables de forma natural son denominados depósitos hidrotermales, por otro lado, los depósitos que poseen mucho calor y además emplean medios de estimulación hidráulica, se les llama geotérmicos mejorados. Ya en la superficie, se pueden usar fluidos a diferentes temperaturas para luego generar electricidad.

Energía hidroeléctrica

Esta aprovecha el agua para generar energía eléctrica cuando hace movimientos bruscos, como elevaciones y descensos (un ejemplo de ello es la corriente del río) pronunciados. Los embalses que poseen plantas hidroeléctricas se valen del agua estancada y almacenada, por otro lado, las que utilizan el flujo de agua de los ríos con fines energéticos son denominadas plantas hidroeléctricas fluviales.

Destacan por sus múltiples aplicaciones, como la producción de agua potable, agua de regadío, servicios de navegación, control de inundaciones y sequías, etc.

Actualmente, es la mayor fuente de energía renovable en el sector de electricidad. Su funcionamiento se desarrolla basándose en los patrones de pluviosidad más estables, y precisamente por eso, les afecta bastante las consecuencias que supone el cambio climático; sequías, cambios en los ecosistemas y otras causas que afecten a los patrones de las precipitaciones.

También se debe tener en cuenta que las infraestructuras que se construyen para la hidroelectricidad, causan problemas negativos en los ecosistemas. Debido a estos efectos, existen grupos de gente que no está a favor de estas plantas hidroeléctricas, y desean estructuras más pequeñas que se adapten mejor en lugares remotos.

Energías renovables

Energía eólica

Aprovecha la energía cinética del aire en movimiento, ¿y cómo lo hace? Con unas turbinas eólicas de gran tamaño instaladas en la superficie terrestre, aguas dulces o incluso en alta mar.

La energía eólica tiene miles de años de antigüedad, y sumada a la tecnología (la cual se ha desarrollado enormemente tanto en tierra como en mar), el éxito y la efectividad se ha incrementado durante las últimas décadas. Gracias a esto actualmente es una forma muy potente de generar electricidad, utilizando turbinas más altas y rotores de mayores proporciones.

Energía oceánica

Como dice su propio nombre, la energía oceánica usa el agua marina, corrientes de agua u olas, o mejor dicho, la energía térmica de las mismas.

Aunque los sistemas están en la etapa inicial desarrollo, cuentan con gran variedad de dispositivos para la conversión del oleaje y las corrientes de las mareas (los cuales siguen en fase experimental). El potencial teórico de la energía oceánica, sobrepasa cualquier necesidad energética actual de los humanos.

Bioenergía

Se produce mediante materiales orgánicos (la biomasa); madera, carbón, estiércol y otros. El fin es la producción de calor y electricidad, o centrarse en los cultivos agrícolas destinados a biocombustibles líquidos.

Gran parte de la biomasa es empleada para cocinar en las zonas rurales, ofrecer calor en las estancias y aportar iluminación, además de atender a las poblaciones desfavorecidas de países en desarrollo.

Los sistemas más modernos de esta energía incorporan cultivos o árboles, residuos del sector agricultor o entornos forestales, y desechos orgánicos. Pese a que esta energía produce gases de efecto invernadero, son niveles mucho más bajos que la combustión de los carburantes fósiles (carbón, petróleo o gas).