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¿Qué es la energía hidráulica?
La energía hidráulica, también denominada hídrica, es un tipo de energía que aprovecha el movimiento del agua. Con ella conseguimos electricidad, al aprovechar el potencial y la energía cinética de los saltos de agua o las corrientes.
El hecho de que utilice los arroyos, los ríos y fuentes similares la convierte en una energía limpia.
Actualmente, el concepto que más relacionamos con la energía hidráulica, son las centrales hidroeléctricas que se sitúan en los embalses. Pero a nivel histórico, las civilizaciones antiguas de los chinos o los romanos ya empleaban diferentes sistemas para aprovechar la fuerza del agua.
La aplicación más común para la energía hidráulica es la producción de electricidad. Para que nos hagamos una idea, las instalaciones que se ocupan de dicha energía en España representan el 17% de la electricidad total generada.
¿La energía hidráulica es una energía renovable?
Es inagotable mientras siga existiendo el ciclo del agua, lo que significa que es una energía renovable.
Gracias a ser limpia y renovable, contribuye en gran parte a la lucha contra el cambio climático. Esto se debe a que no recae en la consumición de los combustibles fósiles, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de dióxido de carbono, partículas finas y gases que alteran el clima.
Tiene un gran papel en la limitación de la contaminación y del efecto invernadero.
Tipos de energía hidroeléctrica
Para definir los tipos existentes, los clasificamos en función de la potencia y la forma de canalizar el agua.
Centrales hidroeléctricas según su potencia
Las que se miden según la potencia que poseen, se dividen a su vez en tres subclases más.
- Microcentrales hidroeléctricas: Alcanzan una potencia máxima de 1 MW.
- Minicentrales hidroeléctricas: Su potencia abarca desde 1 MW a 10 MW.
- Centrales hidroeléctricas de gran potencia: Sobrepasan fácilmente los 10 MW.
Centrales hidroeléctricas según su flujo
Primero tenemos el sistema más extendido para las centrales hidroeléctricas, las especializadas en embalses.
Se construyen una o más presas, que crean embalses y retienen grandes cantidades de agua. Una vez conseguido esto, se va regulando el flujo de agua que pasa por las turbinas, las cuales se encargan de generar electricidad.
Al tener el agua “almacenada”, se puede modular la cantidad de flujo que atraviesa las turbinas, por tanto, también se ajusta la electricidad que generamos.
La segunda variante es la central especializada en agua fluyente. Estas se posicionan en los ríos de caudal regular que transcurren por relieves accidentados, desviando el cauce hacia las turbinas con las que generamos la corriente.
Al completar la tarea, el agua se devuelve al cauce del río. El nivel de productividad en este caso depende completamente del caudal que se desvía, aunque suele ser constante y uniforme cuando se elige el río adecuado.
Por último, hay que hablar de las centrales hidroeléctricas reversibles o de bombeo. Para ejemplificar, el funcionamiento de dichas centrales podría compararse al de una batería de grandes dimensiones.
Estas plantas cuentan con dos embalses a diferentes alturas, pero que se conectan entre sí. Cuando el consumo eléctrico es bajo, se utiliza la energía sobrante para elevar el agua contenida del embalse situado en el depósito más bajo, hasta el de arriba. ¿Cómo se consigue esta maniobra? Con las bombas correspondientes.
Cuando la demanda energética aumenta, la central de bombeo empieza a funcionar como una central convencional, pasando el agua del depósito superior al embalse inferior para que pase por la turbina.
¿Cómo se obtiene la energía hidráulica?
Como ya puntualizamos previamente, la electricidad se obtiene en las centrales hidroeléctricas, que embalsan el agua de los ríos en presas para después liberarla de forma controlada.
Esto provoca a su vez que las turbinas se muevan y generen electricidad. Hay presas que se nutren del caudal del río para cumplir su misión, y otras que desvían parte de su corriente.
¿Dónde se utiliza la energía hidráulica?
Como su principal tarea es la obtención de electricidad, las centrales especialistas en energía hidráulica se usan y ubican en regiones donde existe una combinación adecuada entre las lluvias y los niveles geográficos favorables para la construcción de presas.
Ventajas y desventajas
Todas las fuentes de energía, por muy positivas que sean, tienen tanto ventajas como desventajas. A continuación, vamos a hablarte de ellas.
Ventajas
La energía es muy barata. Cuando ya has amortizado el coste inicial de la instalación y construcción de las centrales, toda la electricidad que se produzca en las mismas, sale muy económica.
Pese a que su funcionamiento varía mucho dependiendo de los cambios en el clima, se puede preparar una gestión efectiva a nivel hidráulico para mantener la obtención de energía a largo plazo.
Para recordar lo dicho al principio, es energía limpia y sostenible, perfecta para combatir las emisiones de CO₂ y favorecer el desarrollo de las energías renovables. Además, como las centrales usan el agua como su principal motor, es mucho más segura que otro tipo de energías.
Desventajas
Las desventajas son claras, el coste de la construcción es elevado, siendo la propia central y los embalses la sección donde más dinero se ha de invertir. Eso sin olvidar que el hecho de depender del clima (al menos en parte), puede afectar a la producción de electricidad en temporadas de sequía o de crecimiento en los ríos, llegando incluso a parar las centrales.
Para terminar, hay que tener en cuenta que la colocación de estas plantas y sus extensiones, son invasivas para el medio donde se implementan, o sea, que alteran el entorno.
Energía hidráulica en España
¿Sabías que la energía hidráulica tuvo un descenso hasta llegar a mínimos históricos durante 2022?
Constituyó el 6,5% de la generación eléctrica, lo cual significa una caída del 39,7% en la producción energética utilizando esta fuente renovable. Este fenómeno se debe, principalmente, al avance que han experimentado energías como la solar y eólica.
A pesar de que todavía se utiliza en una proporción considerable, su relevancia está disminuyendo. Esto se debe al creciente protagonismo de otras fuentes de energía. Destaca especialmente la energía eólica, aunque la energía solar también está ganando terreno frente a la hidráulica.
Ejemplos de la energía hidráulica en la vivienda
Un notable ejemplo de uso de energía hidráulica para el suministro eléctrico en hogares se puede observar en Estados Unidos y Canadá, donde las cataratas del Niágara juegan un papel crucial.
Con un caudal de casi 170,000 metros cúbicos de agua por minuto, dos estaciones hidroeléctricas aprovechan esta abundante fuente natural para generar electricidad capaz de alimentar 24 millones de bombillas de 100 W a la vez.
Esta energía no solo es utilizada en residencias, sino también en diversas infraestructuras públicas, como las carreteras.
La energía hidráulica en 2024
Ahora vamos a exponer un proyecto relacionado con la energía hidráulica que está en funcionamiento.
La compañía EDP, en colaboración con el Ayuntamiento de Sobrescobio, desarrolló una mini central hidráulica de 3,5 MW en la presa de Rioseco, para aprovechar así sus recursos hídricos.
Esta iniciativa significó una inversión de 4 millones de euros.
El proyecto forma parte de una lista conformada por otros 16 más, todos relacionados con el plan de desarrollo de energías renovables en los sectores más productivos. Y también es un ejemplo más de cómo a día de hoy se siguen buscando ideas para extender la utilidad de la energía hidráulica.
Con esto, se puede afirmar que forma parte del futuro de las energías renovables.