Briquetas o leña, es una de las dudas más generalizadas sobre cuál de los dos tipos de biomasa puede cumplir mejor su tarea de convertirse en una alternativa real al combustible fósil.
Esta búsqueda de una energía sustituta se debe al encarecimiento energético, a los problemas medioambientales que desencadenan el uso masivo de fuentes no renovables y la idea de crear un sistema sostenible.
Por eso, los gobiernos tratan de potenciar el uso de combustibles ecológicos y renovables, que pueden aplicarse a sistemas que requerimos en nuestra vida diaria como la calefacción.
A continuación, vamos a explicar las principales características y diferencias de la leña y las briquetas, que son dos ejemplos claros de combustible renovable.
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Qué son las briquetas
Todos tenemos claro lo que es la leña pero, ¿y las briquetas de madera?
Se trata de un biocombustible producido a partir de la compactación de biomasa. Su forma suele estar definida en bloques rectangulares o cilíndricos y su composición es serrín compactado y madera triturada.
Poseen una versatilidad que las hace viables para sistemas de caldera, chimeneas, estufas, hornos e incluso sistemas industriales. Además, su rendimiento es muy alto.
Diferencias entre briquetas de madera y leña
Aunque sean dos posibles combustibles de biomasa, tienen sus diferencias. Aquí te las mostraremos según el tipo de categoría a la que hagan referencia.
En función del uso
- La limpieza de las briquetas de madera es mucho más sencilla que la leña, pues la cantidad de residuos que producen es menor.
- Otra de las diferencias clave está presente en la duración de combustión, pues las briquetas tienen un tiempo de quema prolongado, siendo que su utilización va dirigida a aplicaciones de larga duración. En cambio, la leña tiene una duración corta y se emplea en ejemplos contrarios.
- El coste también es muy diferente; la leña es más barata, pero posee menor eficiencia energética.
Diferentes densidades
La densidad que posee cada uno afecta directamente a la eficiencia y la duración de la combustión.
- Las briquetas se generan con un proceso de compresión con alta presión, lo que se traduce en una densidad más alta que la leña. Esta cualidad hace que tenga más energía calorífica por unidad de volumen.
- La leña tiene menos energía calorífica y menos densidad, así que es menos eficiente si quiere utilizarse para combustiones prolongadas.
En el almacenamiento
El tamaño uniforme y compacto de las briquetas de madera las convierte en un elemento fácil de almacenar en espacios o contenedores que no necesitan mucho sitio.
Por otro lado, la leña no es uniforme y las formas dependen mucho de la manera de su obtención, así que no solo necesita un espacio más grande, sino que también se requiere mucha más para equiparar la energía calorífica de su competidora.
Otra cosa que hay que tener en cuenta a la hora de definir sus diferencias en el almacenamiento es la humedad, pues en el caso de la leña es obligatorio encontrar un lugar seco para almacenarla sin que se pudra o pierda energía calorífica.
¿Cuándo usar briquetas?
Es habitual el desconocimiento de las situaciones en las que es rentable hacer uso de este producto, así que vamos a exponer algunos ejemplos.
- En las industrias, porque pueden emplearse como combustible para producir calor y vapor.
- La calefacción, para sustituir al combustible fósil y alimentar la calefacción de interiores y exteriores.
- En la cocción de parrillas, barbacoas o estufas, proporciona calor constante.
- En los hornos y saunas se aprovecha su constancia calorífica y su densidad para mantener la temperatura.
¿Cuándo usar leña?
- En los hornos de leña es el combustible principal, resultando en un calor radiante y otorgando un sabor ahumado a la comida.
- Las hogueras al aire libre se nutren de ella por su facilidad de encendido y el poder de la llama que crea.
- Además de ser un buen combustible, también es funcional como fuente de madera para muebles, paneles y otros elementos de la industria de la construcción.
- Al igual que las briquetas, se puede aplicar a la calefacción y las saunas.
Briquetas o leña para chimeneas
Es recomendable usar madera de alta densidad para las chimeneas de acceso libre y las de tipo cerrado. Obviamente, la selección de la madera depende del tipo de chimenea.
Para aumentar el calor, especialmente en chimeneas con cierre, se aconsejan las briquetas.
La táctica más eficaz consiste en la utilización combinada de estos dos tipos de combustible, briquetas y leña. Empezar el fuego con briquetas no solo sirve para encenderlo, sino que actúa como un medio eficiente para sostenerlo, permitiendo un rápido aumento de la temperatura en el ambiente.
Una vez alcanzado el calor deseado, es posible agregar los troncos para conservar esa temperatura. Este método maximiza el aprovechamiento del intenso calor generado por las briquetas y la larga duración de la madera tradicional.
Briquetas
Estos combustibles, de elevada capacidad calorífica, se fabrican a partir de aserrín y virutas de variados tipos de madera. Comúnmente presentan una forma cilíndrica con una longitud de entre 35 a 40 cm y ofrecen un rendimiento energético de 4.700 kcal/kg.
Las briquetas son perfectas para:
- El encendido y mantenimiento del fuego.
- Su uso en estufas y chimeneas cerradas resulta ser muy eficiente.
- En chimeneas abiertas, su eficacia disminuye.
En cuanto a la disponibilidad de esta biomasa, podemos confirmar que se pueden adquirir en paquetes de 10 a 15 kilos o en bolsas de gran tamaño.
Leña
Este tipo de leña (madera de encina en la mayoría de los casos), que se clasifica dentro de las maderas de alta densidad, destaca por su gran capacidad calorífica, alcanzando las 4.548 Kcal/kg.
Sus características son adecuadas para la conservación del calor en chimeneas, tanto abiertas como cerradas, así como en estufas, parrillas y hornos. Por otro lado, se encuentra disponible en varias formas, incluyendo venta a granel, por kilo, por metro cúbico, en sacos y paquetes.
¿Qué es mejor, la leña o las briquetas?
Para definir cuál es mejor, vamos a servirnos de todo lo que ya sabemos sobre ambas opciones.
Las briquetas son más caras, pero lo compensan con eficiencia y duración en la combustión, y también son mucho más sostenibles al reciclar los residuos de la madera. Por último, es más rentable que la leña en cuanto al almacenaje.
La leña tiene más utilidades que la energética, es útil a nivel decorativo y pese a que su capacidad calorífica sea menor hay muchas situaciones en las que nos puede venir bien.
En definitiva, a nivel de utilidad suelen ser más viables las briquetas, pero todo depende de que aplicación tenemos que llevar a cabo y la comparativa de coste que nos lleva cada una.