El ahorro energético en el alumbrado público es un concepto que ha ido ganando importancia con el tiempo. Este efecto se debe a que el número de instalaciones y su consumo eléctrico, camina de la mano con el desarrollo y el crecimiento urbanístico de los municipios de todo el país.
Este crecimiento, a su vez, ha causado la necesidad de instalar nuevo alumbrado, según se construyen calles y se generan nuevas poblaciones, o extensiones de una más antigua.
El alumbrado (de exterior), incluye a toda instalación de iluminación, sin importar si su titularidad es pública o privada, que proyecte su flujo luminoso sobre un espacio abierto. Por ejemplo, las carreteras, las calles o los parques. Para hacernos una idea de, en cuanto consumo eléctrico se traduce todo esto, vamos a añadir un dato importante.
En estas instalaciones se totalizan unos 8.849.839 puntos de luz, con una potencia media de 156 W, y que representa un consumo de electricidad de 5.296 GWh/año para el conjunto de España.
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Métodos de ahorro energético en el alumbrado público
El alumbrado, muchas veces, está instalado de manera poco uniforme a lo largo de los distintos espacios abiertos disponibles. Lo que significa, que hay zonas sobre iluminadas, y otras infra-iluminadas. A su vez, la intensidad de luminosidad emitida desde las farolas, lámparas y semejantes, no es la misma en todas, ni tampoco es constante.
Por lo tanto, podemos asumir (y de hecho, hay localizaciones donde ya se lleva a cabo), que reestructurar las posiciones de instalación y utilizar tecnología lumínica más moderna, ahorraría una cantidad enorme de consumo energético.
Esa tecnología de la que hablamos, es la tecnología LED. Dichas luces son el sustituto perfecto para las lámparas de descarga tradicionales, porque requieren de menos potencia, pero mantienen mayor eficacia luminosa.
También hay que valorar la opción de cambiar las luminarias, por otras de mayor rendimiento. ¿Y qué son las luminarias? Son los aparatos que filtran, distribuyen o transforman la luz emitida por una o varias lámparas y que contienen los accesorios necesarios para alimentarlas.
La instalación de sistemas de regulación del nivel luminoso son otra gran opción, estos sistemas permiten reducir los niveles de iluminación en las vías públicas, cuando la actividad en las mismas, se reduce. Como complemento, también son viables los sistemas de encendido/apagado que funcionan mediante el reloj astronómico, o sistemas centralizados de control de alumbrado público.
Con este tipo de medidas, el ahorro energético del alumbrado debería aumentar, mínimo, un 30%.
Mejorar la eficiencia en el alumbrado público ahorra miles de millones a las instituciones
Como ya hemos explicado previamente, el ahorro del alumbrado público es indispensable, pero también supone un consumo energético y la factura eléctrica es elevada. Precisamente es este hecho, el que nos hace plantear vías para desarrollar un rico en iniciativas de ahorro.
Así que, en efecto, el uso de sistemas inteligentes en ámbitos como el alumbrado, pueden llegar a significar un ahorro de hasta 14.500 millones de euros en el consumo de electricidad en el país.
Además, si todas estas nuevas luminarias (con todas sus partes) se fabrican de materiales sostenibles y de fácil reciclado, una vez termine su ciclo de vida, también incrementaríamos la posibilidad de hacer un ciclo de reciclaje más sano.
¿Cómo fomentar el ahorro energético del alumbrado público?
Pese a todas las ventajas que supone tener un correcto alumbrado en las calles, no mucha gente le da la importancia que se merece. Esto significa que debemos buscar un mensaje, o una vía de transmitir y fomentar el ahorro energético en el alumbrado público.
Para conseguir ese fin, debemos dar razones de peso que sean aplicables a la mayoría de personas, aquí van unas cuantas.
Seguridad vial y comunitaria
Un buen alumbrado es esencial para que los conductores puedan transitar sin peligro por las carreteras de la ciudad, y con menos riesgos de sufrir un accidente que implique a un peatón. Eso se debe a que una buena luminosidad facilita la visión del conductor a la hora de distinguir los caminos y posibles alteraciones en la vía.
Inclusive se aplica para vehículos sin motor como pueden ser las bicicletas, ya que los ciclistas suelen ser los más afectados en los accidentes de tráfico.
Reducción de la delincuencia
Sin duda uno de los conflictos más latentes de la sociedad. Sea, en mayor o menor escala, los actos delictivos son peligrosos para los ciudadanos y siempre se buscan nuevas formas de reducir su porcentaje de acción. Una de esas formas, es mantener una buena iluminación.
Según un estudio de Crime Lab de la Universidad de Chicago, el proveer de alumbrado público en toda la ciudad de Nueva York, causó una reducción del 36% de los índices de delitos nocturnos al aire libre.
Dar a conocer informes de este tipo, podría alentar a la ciudadanía y el propio sistema de los ayuntamientos, a presentar una actitud más proactiva de cara al ahorro energético, para establecer un alumbrado útil y económico.